En el marco de la Semana de la Evaluación Glocal, MIDE UC organizó un webinar centrado en los desafíos y proyecciones de las políticas de evaluación docente. El evento reunió a expertas de Chile, Perú y México para analizar las políticas de evaluación y desarrollo profesional docente en la región.
En un contexto de cuestionamiento a las evaluaciones de altas consecuencias, MIDE UC organizó un panel internacional para reflexionar en torno a la inclusión de evaluaciones más formativas, participativas y contextualizadas. El evento online, que tuvo lugar el 5 de junio durante la Semana de la Evaluación Glocal, estuvo centrado en los desafíos y proyecciones de las políticas de evaluación docente, particularmente en América Latina.
El panel de discusión estuvo moderado por Jorge Manzi, director del Centro de Medición MIDE UC, mientras que la exposición central estuvo a cargo de Johana Contreras, doctora en sociología de la Educación e investigadora de MIDE UC, quien presentó los resultados de una investigación sobre el Sistema Nacional de Evaluación Docente en Chile. Los comentarios y la discusión fueron enriquecidos por la participación de Giuliana Espinosa, psicóloga educacional y ex directora de Evaluación Docente en el Ministerio de Educación del Perú, con experiencia en Chile, y Arcelia Martínez Bordón, doctora en política y académica de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, especialista en análisis de políticas educativas.
El webinar estuvo dirigido a investigadores y especialistas en evaluación educacional y/o en políticas educativas, tomadores de decisiones, actores del mundo escolar, sociedad civil, evaluadores, usuarios de evaluación, académicos y estudiantes. Los participantes tuvieron la oportunidad de reflexionar sobre el presente y futuro de las políticas de evaluación docente a través de una discusión basada en evidencia y la intervención de expertos.
Los principales hallazgos del estudio expuesto por Johana Contreras se centraron en la teoría de acción del Sistema Nacional de Evaluación Docente en Chile, es decir, lo que se espera lograr con esta política, desde la perspectiva de directivos de establecimientos educacionales y profesionales de administraciones locales de educación. La investigadora expuso los distintos elementos que conforman la teoría de acción (resultados directos, indirectos, deseados, no deseados, impactos), los cuales emergieron de las respuestas de las personas a las preguntas ¿Cuáles cree usted que fueron los propósitos al origen del Sistema de Reconocimiento Docente? ¿Cómo se espera lograr esos propósitos?
Los resultados revelaron que las teorías de acción esgrimidas por los directivos y el personal de las administraciones locales convergen en la mayoría de sus elementos, incluyendo la finalidad última de la política: mejorar los aprendizajes y reducir las brechas en el estudiantado, a través de un conjunto de acciones dirigidas a modificar las prácticas pedagógicas y a aumentar la calidad de vida del profesorado, especialmente, mediante el incremento salarial. Ambos actores coinciden en que este último resultado tiende a prevalecer sobre los fines formativos y de desarrollo profesional.
Adicionalmente, directivos y profesionales de administraciones locales identificaron resultados no deseados del SNRD similares, tales como los efectos psicológicos en las comunidades escolares y docentes, la postergación del aprendizaje debido al excesivo foco en la evaluación, la desvinculación de docentes y la aparición de malas prácticas (ej., compra de portafolios, uso de licencias médicas para evadir o preparar la evaluación). Un hallazgo relevante fue la existencia de una teoría de acción alternativa identificada por los directivos. Esta teoría consiste en una “agenda oculta” o “subrepticia”, que sugiere que el sistema tendría un fin meramente presupuestario, de modo que los resultados de la evaluación serían alterados con el fin de limitar la progresión de los docentes en la carrera por razones económicas. En otras palabras, desde el nivel central se realizarán cálculos previos para prefijar el número de docentes que debiesen ser encasillados en cada categoría. Esto explicaría la demora en la publicación de resultados y engendraría la desconfianza en el sistema de evaluación.
En cuanto a la validez, la investigación encontró evidencia a favor en la concordancia de los propósitos esperados entre actores, pero también evidencia en contra debido a la teoría de la «agenda oculta» y las discrepancias con la teoría de acción oficial.
Frente a la teoría de acción identificada por los actores, ellos manifiestan distintas posturas: una aprobación general de sus planteamientos, una aprobación del fin, pero no de los medios, una desaprobación de la teoría de acción y una percepción de inviabilidad, atribuida tanto al diseño de la política como a las condiciones para su implementación.
La presentación concluyó con reflexiones sobre las tensiones del actual SNRD, especialmente aquellas que surgen de su doble propósito formativo y sumativo. Se sugiere la incorporación de componentes formativos con mayor retroalimentación, además de un esfuerzo dirigido a aumentar la legitimidad percibida del sistema.
Tras la presentación del estudio, los comentarios de las panelistas giraron en torno a la tensión entre los propósitos sumativos y formativos de la evaluación y la necesidad de adaptarlos a los contextos regionales. Giuliana Espinosa valoró la utilización de la validez de uso y consecuencias en la investigación y la identificación de nudos críticos como la “agenda oculta”. Propuso que los propósitos formativos no deberían depender solo del uso de resultados, sino que podrían impulsarse desde la discusión de los instrumentos y la preparación de la evidencia en instancias colaborativas. Cuestionó si el sistema chileno estimula el trabajo colegiado o solo el capital humano individual, y sugirió una teoría de acción exclusiva para la finalidad formativa, dejando lo sumativo para procesos administrativos acotados, como el ascenso o el ingreso a la carrera docente. Asimismo, destacó el logro en Perú de capacitar a directores en el manejo de rúbricas para observar el desempeño en aula.
Por su parte, Arcelia Martínez Bordón conectó el estudio con la experiencia mexicana, donde la evaluación docente ha sido muy controvertida, llevando incluso a la cancelación del Servicio Profesional Docente y la supresión del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE). Subrayó que el fracaso de estas políticas en México no se debió a fallos técnicos, sino a la falta de un acuerdo político, social y gremial. Impulsado por un cambio de gobierno, México ha transitado hacia modelos de mejora continua que priorizan el desarrollo profesional y la evaluación diagnóstica/formativa sin consecuencias. Martínez Bordón mencionó que la evaluación debería empezar mucho antes, con la formación inicial y selección de los mejores estudiantes para ser docentes. Finalmente, planteó el desafío de cómo implementar evaluaciones más dialógicas en contextos de desconfianza estructural y liderazgos sindicales corporativos, sugiriendo proyectos piloto y la inclusión de la sociedad civil y estudiantes para legitimar el proceso. Coincidió en que «no hay calidad sin confianza, ni mejora sin diálogo», pero reconoció que las condiciones laborales a menudo obstaculizan el trabajo colaborativo.
Por último, los desafíos identificados por las panelistas del webinar son múltiples y complejos: conciliar propósitos sumativos y formativos en los sistemas de evaluación docente; transitar hacia formas de rendición de cuentas más equilibradas e inteligentes; abordar la desconfianza generada por percepciones como la “agenda oculta” en los sistemas de evaluación; asegurar que la información de las evaluaciones sea efectivamente utilizada para la toma de decisiones y el desarrollo profesional docente; considerar el contexto cultural específico de cada país; garantizar la legitimidad y gobernanza política y social de los sistemas de evaluación, aprendiendo de experiencias como la mexicana; y, finalmente, asegurar que la investigación sobre evaluación docente efectivamente retroalimente y modifique la política pública, trascendiendo el ámbito académico.
Vea la presentación completa a continuación: