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Investigadora de MIDE UC, Johana Contreras, se adjudicó Fondecyt de iniciación para estudiar el Sistema Nacional de Reconocimiento y Promoción Docente

Investigadora de MIDE UC, Johana Contreras, se adjudicó Fondecyt de iniciación para estudiar el Sistema Nacional de Reconocimiento y Promoción Docente

Johana Contreras, doctora en Sociología de la Universidad de Bordeaux, aspira a recabar evidencia sobre la validez de usos y consecuencias del Sistema Nacional de Reconocimiento y Promoción Docente (SNRD), desde la perspectiva de sus principales usuarios: docentes, directivos y autoridades locales.

La primera semana de enero se dieron a conocer los resultados del concurso Fondecyt de iniciación en investigación, cuyo objetivo es fomentar y fortalecer el desarrollo de la investigación científica y tecnológica de excelencia a través de la promoción de nuevos/as investigadores/as, mediante el financiamiento de proyectos de investigación de dos a tres años de duración en todas las áreas del conocimiento.

Johana Contreras, investigadora de MIDE UC.

En esta ocasión, la investigadora de MIDE UC, Johana Contreras, se adjudicó el fondo para desarrollar el proyecto de tres años: Usos y Consecuencias del Sistema Nacional de Reconocimiento y Promoción Docente (SNRD). En Chile, el SNRD es el programa de evaluación del profesorado del sistema subvencionado de educación, cuyos resultados corresponden a las categorías de desempeño que permiten el encasillamiento en los tramos de la carrera docente. La progresión en los tramos conlleva incentivos económicos a los docentes y su ausencia conduce a sanciones que pueden llegar hasta su salida del sistema subvencionado de educación. “Esto es lo que se denomina una evaluación con fines de rendición de cuentas o de altas consecuencias. Por esta razón, existe un creciente interés en el estudio de los usos y consecuencias de las evaluaciones, particularmente cuando tienen un alto impacto a nivel político e individual, como es el caso del SNRD”, señala la investigadora.

Es así como este proyecto “aspira a recabar evidencia sobre la validez de usos y consecuencias del SNRD, desde la perspectiva de sus principales usuarios: docentes, directivos y autoridades locales”, explica Johana Contreras. La pregunta central es ¿Cómo opera el uso y consecuencias del SNRD en su conjunto, considerando su contexto, sus características, las estrategias y percepciones de los destinarios de la información, sus causas y efectos?

La investigación será de carácter cualitativo y constará de tres estudios: “uno destinado a levantar la teoría de acción del SNRD desde los destinatarios de la política, identificar los usos que dan a los resultados de la evaluación, los factores que influyen en este uso  y las  percepciones de la validez del sistema de evaluación. Luego, hay un trabajo longitudinal con un enfoque narrativo, que consiste en hacer un seguimiento a un número muy reducido de profesores durante el proceso completo de evaluación desde su inicio hasta la recepción de los resultados. La tercera parte es un estudio etnográfico en el que el objetivo es analizar cómo se utiliza y recibe la información del SNRD en dos culturas escolares distintas y opuestas: una colaborativa y otra más bien academicista y más centrada en la rendición de cuentas”.

El fin último de este proyecto, explica Johana Contreras, es “generar conocimiento sobre un tema de interés en la política educativa actual, porque además estamos transitando de un modelo de evaluación y rendición de cuentas a otro modelo, que tuvo el desafío de ser implementado durante la pandemia; ante esto me parece muy importante tener la perspectiva de las personas que están siendo parte del proceso. El SNRD comenzó a implementarse progresivamente desde que entró en vigencia, en 2016, la Ley de Carrera Docente, entonces recién estamos llegando a condiciones que permitan observar realmente el impacto que ha tenido en los actores”.

Desde la perspectiva teórica, Contreras declara que otro objetivo de este proyecto es “integrar marcos conceptuales que han estado separados, y que muchas veces parecen incompatibles, pero que al integrarlos permiten comprender mejor todo el fenómeno: por un lado, está el marco conceptual de la medición educacional y la validez de sus instrumentos, en lo técnico y metodológico, y, por otro lado, está el análisis crítico de la política pública, y de cómo operan las relaciones de poder en torno a ella. Desde la sociología de la experiencia, yo pretendo estudiar sobre todo a los actores del sistema escolar, como agentes en este proceso, para conocer cómo le dan sentido a la evaluación -por ejemplo, como un proceso formativo o como una imposición para ejercer control- y también los distintos tipos de estrategias que generan para enfrentarla, las que son muy variadas y abarcan desde experiencias colaborativas, hasta intentos de fraude. Entre esos extremos, hay muchos matices, por eso es tan relevante el objetivo de estudiar los usos y consecuencias del SNRD desde los aspectos técnicos y políticos”.