Con el objetivo de caracterizar el uso de Internet y redes sociales en la población chilena, y explorar las creencias, motivaciones y temores asociados a este uso, además de su relación con aspectos relativos al bienestar psicológico, el Centro de Medición de la Pontificia Universidad Católica de Chile, MIDE UC, aplicó una nueva versión de la Encuesta Foco Ciudadano entre septiembre de 2019 y marzo de 2020. Sus resultados fueron entregados hoy, a través de YouTube, en un panel compuesto por los investigadores, Flavio Cortés, MIDE Sociedad, y Pablo de Tezanos Pinto, COES, y por las periodistas Marcarena Lescornez, directora de The Clinic, y Rayen Condeza, académica de la Facultad de Comunicaciones UC.
La Encuesta Foco Ciudadano constató que la brecha de acceso digital en Chile se ha restringido sustantivamente en las últimas dos décadas, lo que se ve reflejado en que actualmente casi el 90% de los encuestados usa Internet. En este contexto, los usuarios de la red fueron caracterizados en cuatro perfiles: Focalizados, cuyo uso se limita principalmente a comunicarse por WhatsApp; Funcionales, que muestran mayores niveles de conexión y uso para otros fines además de la comunicación directa; Conectados, que utilizan frecuentemente Internet y redes sociales en su vida cotidiana; e Hiperconectados, el grupo que muestra un uso permanente, incluso de las redes sociales menos masificadas.
Figura 1. Cuatro grupos de usuarios de Internet y redes sociales.
Los resultados de la encuesta revelan que los grupos de menor acceso y uso presentan, en general, mayor edad, menor nivel socioeconómico, menor nivel educacional y están integrados por más personas de sexo femenino. Mientras que los grupos que acceden con mayor frecuencia a Internet y redes sociales tienen mayor nivel educacional, menor edad, mayor nivel socioeconómico, y existe paridad entre hombres y mujeres.
Figura 2. Adicción a las redes sociales en los cuatro grupos de usuarios
El estudio también abordó las creencias de los usuarios frente a las consecuencias asociadas al uso de Internet y RRSS. Quienes fueron categorizados como Conectados e Hiperconectados tienen una visión más optimista sobre la importancia de estas tecnologías y, al mismo tiempo, muestran mayor preocupación por los riesgos relacionados con el uso de las redes sociales, siendo más críticos sobre algunos posibles efectos negativos. “Tenemos una aparente paradoja: aquellos que valoran y usan más la internet, tienen creencias negativas en mayor proporción que aquellos que no la usan. Hay una suerte de alfabetización digital, en que los Hiperconectados tienen una percepción más aguda de los problemas o peligros que podrían estar asociados a la navegación en Internet”, señaló Flavio Cortés, director de MIDE Sociedad, durante el lanzamiento de la encuesta.
Bienestar psicológico
Conectados e Hiperconectados presentaron mayores niveles de satisfacción con la vida que los grupos de Focalizados y Funcionales. Los resultados son equivalentes para la dimensión asociada a la autoestima (ej. “Considero que tengo varias cualidades positivas”). Este patrón de resultados es consistente con otros estudios, en la medida en que las personas reciben retroalimentación positiva de parte de otros usuarios e incorporan aspectos a su autoconcepto que les permiten evaluarse a sí mismos positivamente. El uso más frecuente y variado de Internet se asocia a mayores niveles de satisfacción con la vida y autoestima, pero también con mayores niveles de narcisismo en la dimensión de rivalidad, de aislamiento social y de adicción a redes sociales.
En este sentido, el investigador Pablo de Tezanos-Pinto señala que “curiosamente, la dimensión de rivalidad fue la más relevante para estos resultados, que tiene que ver con la competencia social, con sentirse una persona más valiosa que otras. Las personas más conectadas tienen puntajes mayores en estas dimensiones de narcisismo, que quienes usan menos redes sociales e internet”.
Por último, las conclusiones de este estudio sugieren ampliar la comprensión del concepto de brecha digital, la que no se refiere principalmente a un problema de acceso, sino que a las formas de uso y a las consecuencias –tanto positivas como negativas– que tiene la conexión digital. Dada las diferencias de uso de Internet por nivel socioeconómico y edad, también se sugiere que la política pública debería propender a que las instituciones del Estado, particularmente los servicios que se dirigen a la población más vulnerable, consideren como estándar la usabilidad de las aplicaciones, teniendo en cuenta el nivel de habilidades y la experiencia que tiene esos chilenos para navegar por la red en el diseño de sus sitios web, de forma de fortalecer la percepción de seguridad al navegar en estas, sin olvidar que la mayor parte de estas personas solo accederán a Internet a través de sus teléfonos personales.